martes, 16 de enero de 2018

ADIÓS AUNQUE ME DUELA PARA SIEMPRE 



En mis labios quedan regueros

de soledad y besos

a los que voy a beber

en las noches de eterna sed;

en mis labios queda la temperatura

de nuestros encuentros

y las mil formas 

que hice por olvidarlos.


Por ti, mis inesperadas ausencias 

se abren paso entre tertulias de azabache

y alguna que otra sonrisa a destiempo. 

Y en muchas ocasiones, inesperadamente,

sin pedir permiso

al agua que se aproxima al molino,

siento tus manos apretar con fuerza.


En mis labios, los tuyos,

como reducto de un volcán inactivo

donde ensayamos el último capítulo. 

Y ahora he de seguir,

                   contra corriente,

                              contra mí,

                                         sin ti,

                                         afrontando

que este amor

ha terminado 

aunque me duela para siempre

y te siga hablando 

como si estuvieras a mi lado. 


Juan Carlos García Hoyuelos


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